LA GUARDIA CIVIL EN LA DIVISION AZUL 1941 1944


La participación de más de 300 Guardias Civiles como policía militar de campaña, vistiendo el uniforme del Ejército alemán, en el Frente del Este, es posiblemente uno de los hechos históricos más desconocidos de la División Azul. Sesenta años después de su marcha a Rusia ésta es una breve semblanza de su historia.
 
                            
 
 
 
Cuando el 22 de junio de 1941 las tropas alemanas penetraron en territorio soviético, el gobierno español decidió organizar con la mayor brevedad posible una División de Voluntarios, que encuadrada en la Wehrmacht, marchara al nuevo frente del Este.



Inmediatamente se constituyó una comisión en nuestro Ministerio del Ejército para estudiar las necesidades de recursos humanos y materiales, cursándose desde el Estado Mayor Central las oportunas
 
instrucciones para la organización de las unidades tácticas y de apoyo que debían formar esa gran unidad expedicionaria.


Entre las numerosas necesidades de apoyo planteadas destacó singularmente una: contar con efectivos de la Guardia Civil para desempeñar funciones de policía militar. Ello realmente no era algo nuevo para el benemérito Instituto ya que desde su época fundacional había desempeñado misiones similares en apoyo de los ejércitos españoles que habían combatido en el exterior.



 

Sin embargo esta vez la principal novedad era que las fuerzas de la Guardia Civil pasarían a formar parte de algunas de las organizaciones de policía militar alemanas y desarrollar, vistiendo sus uniformes y distintivos, los mismos procedimientos y funciones.
 
instrucciones para la organización de las unidades tácticas y de apoyo que debían formar esa gran unidad expedicionaria.
 
 
 


Entre las numerosas necesidades de apoyo planteadas destacó singularmente una: contar con efectivos de la Guardia Civil para desempeñar funciones de policía militar. Ello realmente no era algo nuevo para el benemérito Instituto ya que desde su época fundacional había desempeñado misiones similares en apoyo de los ejércitos españoles que habían combatido en el exterior.

Sin embargo esta vez la principal novedad era que las fuerzas de la Guardia Civil pasarían a formar parte de algunas de las organizaciones de policía militar alemanas y desarrollar, vistiendo sus uniformes y distintivos, los mismos procedimientos y funciones.

 
 
Los primeros Guardias Civiles

Al comunicar el Ministro del Ejército, José Enrique Varela Iglesias, la necesidad de contar con efectivos de la Guardia Civil para incorporarse a la División de Voluntarios que se iba a organizar, la respuesta del General de División Eliseo Alvarez Arenas, su Director General no se hizo esperar:

"En esta Dirección General y fuerzas dependientes de la misma, son voluntarios para servicios tan honrosos, desde el Director General, Jefes y Oficiales de las Armas y Cuerpos del Ejército y de la Guardia Civil, hasta el Guardia 2º más moderno, rogando a V.E. tenga a bien comunicar con la urgencia posible las Unidades que deba organizar el Cuerpo de la Guardia Civil para prestar sus servicios peculiares en la Gran Unidad Expedicionaria del Ejército que se organice".


 

Según la documentación que se custodia en el Archivo gaditano del bilaureado militar, las necesidades previstas en el primer estudio del estado mayor eran tan sólo de 31 guardias civiles (1 oficial, 2 suboficiales y 28 guardias), cantidad que pocos días después ya se vio insuficiente.


Organizados y preparados los primeros efectivos divisionarios, los de la Guardia Civil quedaron encuadrados en una Sección de Gendarmería de Campaña o Feldgendarmerie, compuesta finalmente por 54 hombres: 1 teniente, 1 brigada, 2 sargentos, 2 cabos, 2 guardias 1º y 46 guardias 2º. El oficial se llamaba Angel Juarranz Garrido y el brigada era César Casado Martín, quien se encontraba en posesión de la cruz laureada de San Fernando, máxima condecoración española de reconocimiento al valor en campaña.

Dicha sección salió en tren de la madrileña estación del Norte el 14 de julio de 1941, llegando cuatro días después al campamento alemán de instrucción y ambientación sito en Grafenwöhr, donde procedieron a hacerse cargo de las misiones de vigilancia del tráfico de vehículos dentro del recinto así como del control de accesos al mismo.

Paralelamente, aunque más discretamente, salió también de Madrid el mismo día, el capitán de la Guardia Civil Pedro Martínez de Tudela García, al objeto de organizar y dirigir el Servicio de Información Interna (SII), que dependía directamente de la 2ª Sección del Estado Mayor (Información) de la División.


 

 

Orgánicamente la Sección de la Guardia Civil quedó adscrita a las Tropas del Cuartel General de la División y concretamente a la 4ª Sección de Estado Mayor (Servicios). Al igual que el resto de la Feldgendarmerie, la unidad del benemérito Instituto fue motorizada y dotada para el cumplimiento de sus misiones de 7 vehículos ligeros tipo Kübelwagen, 5 motocicletas tipo Zundapp y 1 camioneta tipo Horch.

Uniformidad, distintivos y armamento

Los guardias civiles al llegar al campamento de Grafenwöhr fueron dotados al igual que el resto de los componentes de la División, de armamento, uniformes, correajes y pertrechos alemanes, así como los correspondientes distintivos de empleo equivalentes en la Wehrmacht. A los guardias de 1ª y 2ª clase se les entregó los de "feldwebel", es decir los de suboficiales, ya que esta era la condición que ostentaban todos los miembros de la Feldgendarmerie.






En la bocamanga izquierda llevaban cosida una cinta con la leyenda "Feldgendarmerie" y en el hombro del mismo brazo el emblema, en hilo anaranjado, de dicha Gendarmería de Campaña. Este último, a modo de adhesivo, se encontraba también pegado en el lado izquierdo del casco. Tanto los vivos de las hombreras como de las prendas de cabeza eran del mismo color anaranjado


Este hecho hubiera quedado sólo reducido a la mera anécdota sino fuera porque tal y como el general Agustín Muñoz Grandes, primer jefe de la División de Voluntarios, escribió al ministro del Ejército en un detallado informe de fecha 29 de julio de 1941, relativo al movimiento de las fuerzas expedicionarias en su viaje a Alemania, los guardias civiles tuvieron que hacer uso de sus pistolas para defender algunos de los convoyes ferroviarios a su paso por la Francia ocupada por los alemanes, ya que eran los únicos divisionarios que portaban armas desde su salida de España.

 



Cuando se encontraban de servicio portaban colgada del cuello una gola metálica de grandes dimensiones con idéntica leyenda, estando pintadas las letras, botones y águila del escudo con pintura reflectante al objeto de facilitar su identificación como agentes de la autoridad en la oscuridad de la noche.

Respecto al armamento largo fueron equipados en su mayor parte con la carabinas máuser modelo K-98 de 7'92 mm. y en algunos casos con los subfusiles modelo MP-40 de 9 mm. parabellum. Curiosamente y al contrario que el resto de los divisionarios que por plantilla de armamento les correspondiera, a los guardias civiles no se les dotó de las pistolas alemanas modelos P-08 o P-38 de 9 mm. parabellum, sino que continuaron portando el arma reglamentaria del Cuerpo que tenían adjudicada en España y que por aquel entonces era la pistola marca Star de 9 mm. largo, en sus modelos 1922 y 1940.






La funda para la misma fue también la de vaquetilla reglamentaria del Instituto, motivo por el cual los guardias civiles son fácilmente identificables en las fotografías de la época aunque no llevasen la gola de servicio. Todo ello estaba motivado porque en su reglamento de uniformidad, se contemplaba la pistola reglamentaria como parte de aquella, estando adjudicada individualmente sin perjuicio de los cambios de destino, por lo que se presentaron en Grafenwöhr con ella.