CARTILLA UNIFORMIDAD 2012- ACTUALIDAD

BOLETÍN OFICIAL DE LA GUARDIA CIVIL 



Núm. 1 Martes 12 de enero de 2010 Sec. I Pág. 23 


Uniformidad en el Cuerpo de la Guardia Civil. El exacto cumplimiento de las normas sobre uniformidad constituye uno de los elementos más importantes para apreciar el grado de disciplina e instrucción de los componentes de una Institución de Naturaleza militar. 
La Guardia Civil puso, desde el primer momento de su existencia, especial acento en la rigurosa observación de las normas de uniformidad, señalando elocuentemente la primitiva Cartilla que “lo bien colocado de sus prendas y limpieza personal, han de contribuir en gran parte a granjearle la 
Consideración pública”, y que “el decoro del Cuerpo, exige que no se usen otras prendas que las del uniforme”. 
Mas recientemente, la Ley Orgánica 11/2007, de 22 de octubre, reguladora de los derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil, recoge en su artículo 25, el derecho y el deber de utilizar el uniforme reglamentario, en el ejercicio de sus funciones. 
La Orden Ministerial de 5 de julio de 1989 (BOC núm. 20), por la que se modificaban determinadas prendas y efectos de la uniformidad, autorizó al Director General de la Guardia Civil a dictar las instrucciones necesarias para la aplicación y adaptación de las mismas. 
En virtud de tal autorización, se dictó la Orden General número 1, de 20 de enero de 1999, que agrupaba en una sola todas las disposiciones anteriores sobre la materia, si bien el tiempo transcurrido y las sucesivas modificaciones que ha sido necesario introducir, aconsejan revisar dicha Orden General. 
Por otra parte, la experiencia recogida en el uso de las prendas de uniforme y la aparición en el mercado de nuevos tejidos con mayores prestaciones, permiten avanzar en la modernización de la Institución, a través del uso de una uniformidad más práctica y operativa que concilie la eficacia del 
Servicio con la comodidad con que éste se presta.




Unidad de Reconocimiento de Subsuelo (U.R.S).

La Unidad de Reconocimiento del Subsuelo, creada en mayo de 1996, tiene como misión específica la vigilancia, protección y seguridad en las redes subterráneas de los edificios e instalaciones públicas cuya vigilancia y protección sea responsabilidad del Cuerpo.

Esta misión se desarrolla en los siguientes cometidos fundamentales: realizar los reconocimientos preventivos para la protección y seguridad del subsuelo; confeccionar los informes técnicos necesarios para los sistemas de seguridad integral de los edificios o instalaciones; apoyar los dispositivos de seguridad que, con carácter temporal, dispongan otras unidades; efectuar recogida de muestras y confeccionar informes técnicos ante cualquier incidencia relacionada con el medio de actuación y prestar auxilio a las personas accidentadas o extraviadas en las redes subterráneas.
Además confeccionan informes de seguridad, realizan reconocimientos preventivos y apoyan los diferentes dispositivos de seguridad que se establezcan.
Es una Unidad especialmente concebida, preparada y organizada para la vigilancia, protección y seguridad en las redes subterráneas de los edificios e instalaciones públicas cuya vigilancia y protección sean responsabilidad del Cuerpo.
Operativamente se articula en Equipos Básicos de Actuación (EBA), que constituyen las Unidades fundamentales de empleo en el servicio.
Aprovechando la Orden General 10/2000 sobre la Reorganización de la Agrupación de Reserva y Seguridad, se publica la Orden General 12/2006, de 20 de julio sobre la Organización de la ARS, en la cual queda integrada de forma clara y explícita en su estructura de forma definitiva la Unidad de Reconocimiento del Subsuelo (URS).


Reportaje de ABC sobre la Unidad de Subsuelo de la Guardia Civil (Domingo, 30 de Octubre de 2011)

ABC recorre con la Unidad de Subsuelo de la Guardia Civil kilómetros de galerías en busca de artefactos explosivos, ratas como conejos, arañas, ciempiés, cucarachas, montañas de excrementos, ríos de orina, más y más porquería.

Carritos de bebé, escobas y una humedad del 90% con 24 grados de temperatura constante. Todo esto es lo que abunda a varios metros bajo el suelo, en esa otra enorme ciudad que discurre por los 3.123 kilómetros de galerías subterráneas con las que cuenta Madrid. Pero más allá de estas «incomodidades», los 24 agentes de la Unidad de Reconocimiento del Subsuelo de la Guardia Civil se enfrentan a dos tipos de peligros principales: los gases que liberan los organismos que allí coexisten (principalmente, el metano) y los explosivos que pueden ser escondidos en este enjambre de pasillos y que es el objetivo número uno de su labor.
Ocho de la mañana y los hombres del teniente Navarro se ejercitan deportivamente en el acuartelamiento. Las condiciones para pertenecer a la unidad son exigentes, no es para menos. Hay galerías enormes, en el Madrid más antiguo, por las que caben carruajes, concebidas como una especie de pasadizos secretos para reyes. Pero también angostísimas, en la zona de la Castellana, donde hay que pasar de lado, pues apenas cabe una persona.
Las medidas de seguridad no son las de antes.
Cuando los primeros guardias civiles comenzaron a patrullar las cloacas, en 1978, no tenían medios materiales ni formación específica. Apenas un mono normal de trabajo y mascarillas corrientes. Pero la escalada de atentados etarras en el País Vasco, con el célebre prólogo del asesinato en Madrid del presidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, en diciembre de 1973, hacían necesaria una especialización en este ámbito.Hasta 1996 no se creó la unidad como tal, y en 2003 pasó a formar parte de la Agrupación de Reserva y Seguridad, dependiente de la Dirección Adjunta Operativa.
Este recorrido en el tiempo y la práctica han supuesto una mejora muy considerable de esas medidas de seguridad: un mono anticorte e impermeable diseñado por la propia unidad; unas enormes máscaras antigás por las que no entra ni una brizna de aire contaminado; guantes; casco; botas especiales; botellas de gas con autonomía suficiente; linternas de 900 lúmenes...
Las galerías más «cómodas» son las de servicio, pero bajamos a una de saneamiento visitable, más estrechas, insalubres y peligrosas. Lo primero que llama la atención es el espacio mínimo de los pasillos, nada que ver con los míticos de «El tercer hombre», en Viena: la altura es de 1,60 metros. La sensación de claustrofobia es enorme, pero, curiosamente, la repugnancia y el mal olor parecen ausentes. Lo segundo, gracias a los filtros de las máscaras; lo primero... Es inexplicable.
Caminamos por un reguero de inmundicia, pespunteado de papel higiénico y compresas. Existe peligro de contraer los virus de la hepatitis, la poliomielitis e incluso el VIH, por lo que estos agentes están vacunados de los primeros. Un profano podría entrar allí y no salir jamás, aunque cada esquinazo esté rotulado con el nombre de la calle a la que corresponde en superficie. «Pero no hay que fiarse, muchas son muy antiguas», explican.
Visitas del Papa y Obama
Recorremos dos kilómetros en este laberinto, donde la presencia de ratas vivas es positiva: significa que hay oxígeno. Vamos casi arrastrándonos, con el miedo a que se libere metano a nuestro paso y saltemos por los aires. Lo hacemos acechados por los desagües de las viviendas, que de cuando en cuando escupen deshechos cada vez que un vecino visita el baño.
Pero todo esto es secundario. En las labores de apoyo a dispositivos de seguridad, la Unidad de Subsuelo de la Guardia Civil busca sobre todo artefactos explosivos. Si los hallan, avisan a los artificieros del Tedax. Las últimas actuaciones más importantes de la Unidad han consistido en peinar los lugares por los que pasó el Papa en Madrid y Santiago; las vacaciones de Michelle Obama y una de sus hijas a la Costa del Sol, Cumbres de Jefes de Estado...
Pasamos por unos rápidos de agua sucia, que corren a tres metros por segundo a medio palmo de nuestros pies. Hay que tener mucho cuidado con no caer, puesto que tendría el efecto de una riada. Pasan las dos de la tarde y la misión está cumplida.
Mañana será otra búsqueda en la siniestra ciudad que se esconde bajo la piel de la otra ciudad.





LA FUERZA DE GENDARMERÍA EUROPEA 

La Fuerza de Gendarmería Europea (EGF) es una iniciativa multinacional de seis Estados Miembros de la UE - Francia, Italia, Holanda, Portugal, Rumania y España – establecida mediante tratado con el propósito de reforzar las capacidades en la gestión de crisis internacionales y contribuir al desarrollo de la Política de Defensa y Seguridad Común. 
EUROGENDFOR puede ser considerada como una herramienta de policía integral diseñada para llevar a cabo misiones policiales en diferentes escenarios, incluyendo areas desestabilizadas, en apoyo a la Unión Europea (UE), las Naciones Unidas (UN), la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), la Organización del Tratado Atlántico Norte (NATO), o otras posibles coaliciones creadas a tal fin. 
Según la Declaración de intenciones y el Tratado, la EUROGENDFOR destaca por ser una fuerza "oerativa, pre-organizada, robusta y de rápido despliegue" que contribuye a la Política de Defensa y Seguridad Europea (ahora PDSE en el post Lisboa), incluso cuando no se despliega bajo bandera de la Unión Europea. La Fuerza de Gendarmería Europea se fundó el 17 de septiembre del 2004, en Noordwijk (Holanda), donde la Declaración de intenciones fue firmada por los Ministros a cargo, y fue declarada operativa el 20 de julio de 2006, por el Comité Interdepartamental de Alto Nivel (CIMIN). 
Desde entonces la principal meta de la EUROGENDFOR ha sido reforzar sus capacidades operativas para estar lista y responder adecuadamente en caso de que sea requerida.
Esta trayectoria ha llevado, al final de 2007, a la EUROGENDFOR a su primera participación en una misión de control de crisis, la operación de la Unión Europea EUFOR “ALTHEA” en Bosnia-Herzegovina. Esta primera contribución operativa fué seguida, en 2009, por la participación de EUROGENDFOR en la exigente misión dirigida por la OTAN en Afganistan llamada Fuerza de Asistencia y Seguridad Internacional (ISAF). Desde febrero hasta diciembre del 2010, EUROGENDFOR dió apoyo a las misión en Haití de Naciones Unidas (MINUSTAH) después del devastador terremoto que asoló la República caribeña.
Los importantes pasos dados hasta ahora, a través de sus compromisos con la UE, OTAN Y ONU, han permitido a la EUROGENDFOR alcanzar una mejora considerable en sus capacidades para planificar y obtener experiencia en la ejecución de operaciones que posteriormente han desarrollado a la Fuerza en sí misma, incrementando de este modo su fiabilidad dentro de la comunidad internacional. A pesar de ser una organización internacional relativamente joven, EUROGENDFOR ha dado prueba de ser una excelente herramienta en una amplia gama de operaciones en la gestión de crisis, contribuyendo a la paz y a la seguridad internacional.

EUROGENDFOR - AFGANISTAN 



La Fuerza de Gendarmería Europea, es fruto de la iniciativa de 5 Estados miembros de la Unión Europea, Francia, Italia, Países Bajos, Portugal y España encaminada a mejorar la capacidad de gestión de crisis en áreas conflictivas. Siendo un instrumento eficaz y multinacional, la Eurogendfor responde a la necesidad de llevar a cabo rápidamente todo el espectro de actividades de seguridad ciudadana, ya sea en solitario o en colaboración con una fuerza militar. 
El objetivo de la FGE consiste en ofrecer a la Comunidad Internacional un instrumento operacional válido para la gestión de crisis, que estará a disposición, en primer lugar, de la UE, pero también de otras Organizaciones Internacionales, tales como la OTAN, la ONU…
La Guardia Civil, desarrolla su trabajo en el Centro de Entrenamiento de la Gendarmería Europea o Eurogendfor (EGF) de Mazar e Sharif, sito en la provincia de Balkh en Afganistán. En este centro se forma a la Policía Afgana de Orden Civil, más conocida como ANCOP (Afghan National Civil Order Police, es uno de los tres centros de formación existentes en Afganistán dirigidos por fuerzas Eurogendfor. En concreto, los diez componentes del contingente de la Guardia Civil en Mazar e Sharif, están desarrollando tareas de instrucción conjuntamente y en cooperación con la Gendarmería Nacional Francesa, la Real Marechausssée de Holanda y la Gendarmería Militar de Polonia.